La diferencia entre lacre de buena y mala calidad

Hacer sellos de lacre puede ser una tarea abrumadora para principiantes; sin embargo, con la cera y las herramientas adecuadas, mejorará tanto su eficiencia como el éxito general de su proyecto. En Pelargon Design, la calidad es la base de todo lo que creamos. En cuanto a la calidad de nuestra cera, nos enorgullecemos de seleccionar los mejores ingredientes para garantizar que cada sello no solo se mantenga impecable, sino que también sea un placer trabajar con él.
Esto es lo que define una cera verdaderamente buena:

1. Durabilidad y resistencia
Buena calidad: La cera de alta calidad es resistente y duradera, lo que reduce la probabilidad de que el sello se rompa o se desmorone después de su aplicación. Permanecerá intacta al usarse en sobres o embalajes.
Mala calidad: La cera de menor calidad puede agrietarse o astillarse fácilmente, especialmente durante el envío o la manipulación.
2. Consistencia de la masa fundida
Buena calidad: La cera debe fundirse suave y uniformemente, lo que facilita su aplicación. No debe ser ni demasiado líquida ni demasiado espesa. Un buen lacre también seca rápidamente sin dejar grumos ni burbujas de aire.
Mala calidad: La cera de mala calidad puede tener un derretimiento inconsistente, demasiado aguada o demasiado espesa para trabajar, lo que genera sellos irregulares o desordenados.
3. Adhesión
Buena calidad: Se adhiere bien al papel, la cinta o el material de embalaje sin despegarse fácilmente. Esta adherencia garantiza que el sello permanezca intacto durante su manipulación.
Mala calidad: una mala adhesión significa que el sello de cera podría caerse o romperse de la superficie a la que está aplicado.
4. Acabado y brillo
Buena calidad: Una cera de alta calidad suele tener un acabado liso y brillante con colores intensos y vibrantes que realzan la estética del sello. Haga clic aquí.
Mala calidad: La cera de menor calidad puede generar una apariencia opaca o desigual con vetas, decoloración o falta de pulido.
5. Flexibilidad
Buena calidad: Un buen lacre a menudo tiene un cierto grado de flexibilidad, lo que le permite doblarse ligeramente sin romperse, lo que lo hace ideal para artículos que deben enviarse por correo o manipularse.
Mala calidad: La cera barata suele ser demasiado quebradiza y se agrieta fácilmente bajo una presión mínima.
Invertir en cera de alta calidad no solo realza la belleza de su papelería, sino que también hace que el proceso sea más eficiente, permitiéndole concentrarse en los detalles más finos que hacen que cada pieza sea especial.